«En mi trabajo tienen el mismo protagonismo los viñedos, los propietarios, los enólogos, las formas de todos ellos».
Bajo este criterio se tejen los proyectos vitivinícolas que represento. Todo debe tener un guión que justifique el trabajo a realizar. Muchas horas. Hay que buscar la excelencia. La excelencia del vino, de su imagen, de su precio y de sus clientes. No todos los clientes saben vender todos los vinos.
He convertido mi profesión en una suerte de aprendizaje diario que me lleva a intentar comprender el camino a seguir. Observo los distintos personajes que conviven y elaboran en cada zona geográfica, su cultura vitivinícola y los vinos elaborados como manifestación de todo ello.